domingo, 15 de diciembre de 2013

Pensando que habrá otro despertar


(Para Carlos, en todas sus realidades posibles)

Estaba soñando y desperté —lo supe después— en un sueño. Y volví a despertar, aterrado, en lo que creo que es la realidad corriente, la realidad real, apenas unos minutos después.

Ya nada —ni el transcurso del tiempo, tan exacto, ni las nuevas lecturas de libros que nunca he conocido y conoceré, ni lo que aquí llaman amor— ni nadie —not even the rain, citando a ee cummings— me sacará de la duda: ¿volví a la realidad a la que pertenezco? ¿O acaso soy el prisionero de un sueño del Manuel verdadero? ¿Acaso sólo mi muerte me librará de esta celda que aquí llaman vida? ¿Tendré que desfilar por los años —lo que aquí llaman años— hasta que un hecho fortuito —el subconsciente del Manuel Primero— decida que debo morir? ¿Mi vida —o la vida del Manuel dormido— continuará una madrugada de diciembre año 2013, cuando la vida de este Manuel —el Manuel abajofirmante, el posible cautivo de guerra, de una guerra de sueños que perdimos— haya finalizado en alguna callejuela sucia de un país —aquí— llamado México del año 2045?

No hay, pues, marcha atrás. Asistiré a mi subconsciente —es decir: el subconsciente del Manuel que duerme— en la ejecución que, tarde o temprano, se llevará a cabo por fuerzas incomprensibles, por reacciones químicas o simples ruidos de la noche capitalina que harán despertar al Manuel original y entonces este mundo —el mío— verá cómo todo vestigio de esta vida que me permite registrar lo sucedido se desgaja sin avisar: yo —el Manuel prisionero— seré el primer mortal que decidirá en nombre de todos sus nombres anteriores, en nombre de todos sus sueños, en nombre de todos sus creadores —que son el mismo Manuel—, que aquí, sin perder más tiempo, decido morir. 

Decido entregarme y liberar a mi primerísimo yo de un sueño demasiado preciso para llamarlo vida. Demasiado complejo para ser fingido.

Demasiado finito para tantas posibilidades.

Demasiado 
perdido
entre tanta
deriva.



Demasiado
olvidado
entre tanta
derrota

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