miércoles, 2 de abril de 2014

Aniversarios

Este blog cumple 6 años –con remodelaciones totales y muchos más borradores que posts– y 6,000 visitas –no sé lo que eso signifique– casi al mismo tiempo.

Nunca pensé que duraría tanto tiempo aquí y, a pesar de mis cada vez más reducidas apariciones, me siento bastante conforme con los resultados: mis amigos y yo hemos encontrado nuevos canales de comunicación y mi aprendizaje sobre el idioma, la escritura y la creación ha cambiado totalmente. Creo que, en ese sentido, he madurado considerablemente.

Cuando empecé, con 15 años y sin esperanzas de nada, imaginé que lo dejaría pronto, que sería uno de esos proyectos en los que nos aventuramos los que no tenemos nada que perder. Como tal, supuse que, pasada la fiebre de lo nuevo, las expectativas se toparían con la realidad y regresaría a mi vida, mucho menos interesante en ese entonces –y aún ahora– en menos de un mes.

Todos mis amigos quisieron ser parte del proyecto, pero al final, entre despedidas y obligaciones escolares, sólo Juanma y yo nos animamos a abrir un blog. Este blog. Pero a Juanma se lo llevaron a la Ciudad de los Vientos y me quedé con todo recién armado y ninguna idea de qué hacer con él. Entonces el cielo me iluminó: ¿cómo se comunican los amigos que están lejos? ¿cómo se cuentan cosas, anécdotas, dolores, derrotas, dudas? ¿cómo hacerlo sin tener que ir uno por uno? Así, en un blog. Un post donde contaba mis días –un tanto lentos, un tanto grises– y mis amigos comentaban abajo los suyos y se armaba la conversación de café.

Hasta que llegó el día en que, agobiados por la distancia, fuimos dejándolo, cada vez menos entradas publicadas, cada vez más vida real que añoranza de un pasado común. Entonces ya éramos otros –amigos, pero, ¿cómo decirlo?– y fuimos cambiando, como suele pasar. El blog, entonces, sufrió el primer cambio: ya no servía para la plática local y cerrada, sino para mis historias, para que cualquiera que se encontrara, de casualidad, con el blog, pudiera entender de qué iba la cosa.

Cuando Juanma volvió durante algunos meses, y vivimos los días más intensos de nuestras vidas, el blog volvió a transformarse: se convirtió en un diario-anecdotario de nuestras "aventuras" y volvió a tener un tono muy personal, a veces ilegible, pero puntual. Salía casi una nota a diario. Era un ejercicio de soberbia: dos amigos escriben sobre ellos mismos para lectores que, usualmente, eran amigos cercanos.

Pero todo acaba. Y el final, como se sabe, es el inicio de otra cosa. El blog, borrón y cuenta nueva, volvió a reestructurarse: decidí por fin que quería escribir para vivir, que quería ser periodista. Y así nació esta etapa. La última –hasta ahora–, que no tiene fecha de caducidad.


El nombre: Siempre me gustó que la lluvia fuera un pretexto para abrir un libro –casi cualquier situación sirve como pretexto para abrir un libro– y considero que mis textos son, sobre todo, apuntes.


La primera nota, apurada y tonta, como casi todas las primeras veces, salió un 2 de abril de 2008. Escrita a cuatro manos.

La entrada más visitada: una desaparecida, donde se cuenta cómo conocí a Leiva. Fue en Ámsterdam, una mañana vibrante e inolvidable. Algún día habrá que volverla a publicar.

De las más visitadas que sigan en el blog: Rulos.

La más aplaudida (?): Aquella legendaria entrada que recordarán los fieles (?) al blog. El titulo lo dice todo: Muchacho de Ojos Lindos. Ya habrá tiempo para hacerles justicia a esos textos. O no.

En fin, que gracias por estar.

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